Estudiando las características del cerebro descubrimos que su consistencia es gelatinosa. La mejor manera de que los niños y las niñas pudieran vivenciar esa textura era a través de un taller de cocina, así que nos pusimos manos a la obra.
Empezamos presentando el material y los ingredientes: cuchara, vaso para medir, molde, gelatina de limón en polvo y agua.
Primeramente echamos los polvos de gelatina en el molde de cerebro.
A continuación adicionamos agua caliente y revolvimos con la cuchara hasta la total disolución de los polvos de gelatina.
Vertimos el agua fría y metimos el molde con la gelatina en la nevera. El resultado fue asombroso, ¡¡parecía un cerebro real!!
El taller tuvo muchísimo mucho éxito, los niños y las niñas disfrutaron mucho participando en la receta y experimentando con su tacto la textura gelatinosa del cerebro. Esperamos que os haya gustado y os animéis a hacerla en casa.
Besos de gelatina para tod@s.
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